miércoles, 13 de febrero de 2013

POR QUE BAUTIZAMOS EN EL NOMBRE DE JESUS?


Por qué se Bautiza en el Nombre de Jesús
El tema del “bautismo en agua” por mucho tiempo ha sido considerado un gran asunto, y sin duda ha sido hecho tal por muchos líderes eclesiásticos de tiempos pasados y actuales. En nuestro estudio del bautismo, considerémonos primeramente su importancia o sea, la necesidad del ser bautizado en agua.

La importancia del Bautismo en Agua

Bautismo en agua es una ordenanza instituida por Jesucristo. Si no es importante en el plan de Dios, ¿por qué lo ordenó Jesús? (Mat. 28:19). Y ¿por que siguió Pedro también diciendo, “bautícese cada uno de vosotros…” y mandó a ser bautizados los gentiles? (Hch. 2:38; 10:48). Hay dos cosas sobre la importancia del bautismo en agua que debemos recordar. Primeramente: Todo lo que Cristo estableció u ordenó definitivamente, ya sea que lo entendamos o no, no puede ser de poca importancia. Segundo: Cristo y los apóstoles mostraron la importancia de esta ordenanza por su cumplimiento. Jesús camino muchos kilómetros para ser bautizado, aunque él era sin pecado, y dijo: “porque así conviene que cumplamos toda justicia” (Mat. 3:13-16).

Es cierto que el agua en sí no tiene virtud para salvarnos, pero Dios ha escogido incluirla en su plan de salvación. Pedro lo explica cuando dice: “El bautismo ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacía Dios) por la resurrección de Jesucristo (1 Pe. 3:21). Según Lucas 7:30, hallamos que “los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados.”

El modo de Bautizar

Según las sagradas Escrituras, el modo correcto de bautizar es por inmersión. “Y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó” (Hch.8:38). “Por lo que somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo” (Ro. 6:4). Un cadáver no es enterrado por ponerlo sobre la tierra, y roseandolo con un poquito de tierra; sino por ponerlo dentro de la tierra, cubriéndolo por completo.
Según la Enciclopedia Mundial, “En el principio todo bautismo fue por inmersión completa” (Vol. 1, pág. 651). Y la Enciclopedia Católica dice: “En los siglos tempranos, todos fueron bautizados por inmersión en arroyos, lagunillas y bautisterios” (Vol. II, pág. 263). Después que la iglesia Católica Romana instituyó el bautismo de infantes, la inmersión no les era conveniente; entonces cambiaron el modo al de rosear. (Véase la Enciclopedia Británica, Edición 11, Vol. 3, pág. 365-366).
El arrepentimiento nos identifica con la muerte de Cristo, y el Bautismo nos identifica con su entierro. Saliendo del sepulcro de agua y recibiendo la vida nueva en el Espíritu Santo nos identifica con su resurrección.

La formula para Bautizar

Jesús mando a sus discípulos “haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre (no “nombres”) del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.” El no los mando a usar esa formula, sino les mandó a bautizar en “el nombre.” La palabra “nombre” siendo aquí usada en el singular, es el foco de esta comisión. Los Títulos Padre, Hijo y Espíritu Santo describen las relaciones de Dios con la humanidad y no son el nombre supremo salvador dado a nosotros, el cual es Jesús. “En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombre, en que podamos ser salvos” (Hch. 4:12).
El nombre de Jesús nos revelar las funciones del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El ángel de Dios instruyó a José, “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque el salvará a su pueblo de sus pecados” (Mat. 1:21). “Jesús dijo, “Yo he venido en nombre de mi Padre” (Jn. 5:43), y “Mas el consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre” (Jn. 14:26). Así que cuando bautizamos en el nombre de Jesús honramos a la Divinidad. “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Col. 2:9).

Lucas 24:45-47 nos dice que el Señor Jesús les abrió el entendimientos sus discípulos, justo antes de la ascensión. Fue necesario que les abriera el entendimiento y muchos hoy en día necesitan la misma operación para que entiendan las escrituras. Entonces Jesús les dijo, “Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día” . Se abrió el entendimiento de los discípulos para que pudieran entender la importancia de la muerte, sepultura, y resurrección de Cristo. El versículo 47 nos describe la comisión que Jesús dio: “y que se predicara en su nombre el arrepentimiento y perdón de pecados en todas las naciones (judíos y gentiles), comenzando desde Jerusalén.”

Pedro era uno de aquel grupo a quien Jesús hablaba, y cuyo entendimiento había sido abierto. Después de escuchar estas instrucciones dadas por el mismo Señor Jesús, Pedro unos pocos días después inspirado por el Espíritu Santo empezó a predicar. Los corazones de los hombres fueron compungidos; y los oyentes sintiendo condenación, dijeron a Pedro y los demás apóstoles: “Varones hermanos, ¿que haremos?” (Hch. 2:37). Pedro no vaciló, sino les respondió: “Arrepentíos , y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesús para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hch. 2:38). “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas” (Hch. 2:41).

Algunos dicen que Pedro les mandó a bautizarse en ese nombre porque eran judíos, y que ese bautismo era para hacerles reconocer a Jesucristo. Vamos por medio de la palabra de Dios a la casa de Cornelio con Pedro, uno ocho años después del primer bautismo en el día de pentecostés. Cornelio y su casa eran gentiles, aún otra vez hallamos que Pedro “mando a bautizarles en el nombre del Señor Jesús” (Hch. 10:48). Si Pedro se equivoco en el día de Pentecostés, él seguramente tuvo amplio tiempo en ser corregido o corregirse antes de irse a la casa de Cornelio.

¿Se equivocó Pedro en el día de Pentecostés? Notemos que cuando los oyentes fueron compungidos de corazón, “dijeron a Pedro y a los apóstoles…” (Hch. 2:37). Esto incluyó a Mateo, quien escribió Mateo 28:19. También en los Hechos 2:14, hallamos a Pedro “poniéndose en pie con los once”. Mateo estuvo allí, más no hallamos de él palabras de corrección. El seguramente hubiera intervenido si Pedro hubiera desobedecido al Señor. Como dijo Jesús en su oración, “He manifestado tu nombre a los hombres (los apóstoles) que del mundo me diste; tuyos eran y me los diste, y han guardado tu palabra” (Jn. 17:6).

Los samaritanos, quienes no eran judíos, también se bautizaron en el nombre de Jesús. “Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo” (Hch. 8:5). Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres” (Versículo 12). “Habían sido bautizado en el nombre de Jesús” (Hch. 8:16).

Veamos como el apóstol a los gentiles bautizaba. El fue a Efeso muchos años después del día de Pentecostés y hallo allí unos discípulos de Juan el Bautista. “Les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿En qué pues fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. Pablo dijo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el Nombre del señor Jesús” (Hch.19:2-5). Aunque ya eran bautizados estos discípulos, les fue tan importante que se rebautizarón en su nombre.

No creemos que Pablo cambió el modo, o la formula del bautismo cuando bautizó a Lydia y su casa (Hch. 16:14-15( o el carcelero filipense. Este vino vino y cayó temblando delante de Pablo y Silas, diciendo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa. Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche (poco después de la media noche), les lavo las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos (Hch. 16-30-33). ¿Cómo podemos dudar que Pablo les bautizó usando el mismo modo que había usado antes?, es decir, por inmersión en el nombre de Jesucristo.

Pablo no estaba con los apóstoles cuando Jesús les dio las instrucciones finales en Mateo 28:19 y Lucas 24:47, mas hallamos que Pablo bautizaba en el nombre del Señor Jesús. ¿De quien recibió esta revelación? Notemos que el evangelio de Pablo no era tradición de los hombres, sino una revelación de parte de Dios. “Más os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo” (Gal. 1:11-12). Pablo fue escogido para llevar el nombre de Jesús a los gentiles, y escribió catorce epístolas a la iglesia. A este apóstol, Dios le reveló el misterio de la iglesia “que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijo de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu” (Efe. 3:5). Pablo reclamaba autoridad divina: “Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del señor” (Colos. 3:17). Bautismo en agua se hace en palabra y en hecho. No podemos pasar por alto a este mandamiento a la iglesia.

“Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efe. 2:20). Los apóstoles no solamente predicaban el bautismo en el nombre de Jesús, sino lo practicaban también. En ninguna parte de la Biblia se puede hallar donde bautizaban usando las palabras: “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.” Les hallamos siempre bautizando en el nombre de Jesús, cumpliendo así el mandato del Señor escrito en Mateo., porque sino fuere así entonces estaríamos tirando a la basura todas la enseñanzas que Dios nos dio por medio de sus apóstoles, pues ellos serían uno mentirosos. Aunque en realidad Dios no hubiera permitido.

Pablo dijo: “Más si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica os diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Ga. 1:8-9). Sea esta una amonestación solemne.

Algunos dicen que aceptarían las palabras de Jesucristo, escritas en Mateo 28:19, pero no las Pedro escritas en Hechos 2:38. Pero Pedro hablo en el día de Pentecostés bajo la unción del Espíritu Santo (El cual nos conduce a toda verdad) y a él le había sido dado las llaves del reino, y no tenemos el derecho de desechar sus palabras.

En Marcos 7:8, Jesús dijo: “Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferras a la tradición de los hombres.” La historía nos cuenta que no fue cambiado el método y la formula del bautismo en el nombre de Jesucristo, hasta muchos años después de los apóstoles. (Véase el “Diccionario de la Biblia por Hastings”, Vol. I, pág. 241). ¿Qué es mas importante para usted, el mandamiento del Señor, o la tradición de los hombres?


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